20 de julio de 2018

Crisis política en Nicaragua

Disputas por el país y por las banderas del sandinismo

La grave situación de violencia política en Nicaragua se cobró la vida de más de 300 personas. Mientras los nicaragüenses se disputan en su interior quién representa los ideales revolucionarios del sandinismo; intereses corporativos externos ven en esta coyuntura la posibilidad de someter al país que más bienestar socioeconómico ostenta en la franja centroamericana. En ese durísimo escenario es preciso afinar los análisis para entender qué está pasando en un país de Centroamérica que reúne varios condimentos que lo hacen incómodo para el imperialismo: un país con tradición revolucionaria, gobernada por la izquierda y con la posición estratégica y voluntad de construir un segundo canal interoceánico que competiría directamente con la vía de Panamá. Ese cúmulo de particularidades hace que cualquier coyuntura adversa sea aprovechada por las fuerzas internacionales antidemocráticas, entre ellas y con especial atención los Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional; mientras que en el interior del país, la enorme mayoría de los nicaragüenses (entre los que apoyan al gobierno como los que no) se sienten herederos del movimiento sandinista.
Gráfica digital de sectores leales al gobierno de Daniel Ortega.

Este artículo que elaboramos mientras Nicaragua celebra un nuevo aniversario de su victoriosa revolución, está hecha en base los datos más importantes que hay desde el inicio de las protestas, la ponderación de líderes e intelectuales respetables de nuestro continente que se posicionan en veredas opuestas sobre el gobierno de Ortega, y finalmente la opinión de Karen López, una agricultora nicaragüense que nos aportó sus vivencias a lo largo de estas violentas y angustiantes semanas en el país centroamericano.
Hay elementos objetivos que dan la razón en muchos aspectos al gobierno nacional presidido por Daniel Ortega. Pero también hay elementos objetivos que dan la razón a los sectores populares que –al margen de los intereses foráneos- creen agotado el rumbo que ha tomado el gobierno.
En el primer caso tenemos un presidente que fue ampliamente legitimado electoralmente (ganó en noviembre del 2016 con el 72 por ciento de los votos a su favor). Desde el año 2007, cuando Ortega retornó al gobierno (luego del lapso 1979-1990), el modelo económico-social encarado por el Frente Sandinista redundó favorablemente en términos cuantitativos y cualitativos sobre el pasar de los nicaragüenses, aunque tras la crisis venezolana y caída de los commodities, el horizonte económico empezó a cambiar.
A medida que sucedían los acontecimientos, se buscaban formas de difundirlos y llegar a la comunidad internacional.

Entre los elementos que abonan a favor de las movilizaciones están la falta de diálogo entre el gobierno con las bases partidarias del sandinismo, el cambio constitucional que habilita la reelección eterna de Ortega, las críticas al modo de encarar la realización del canal interoceánico y la gota que colmó el vaso: la reforma previsional que atentaba contra los jubilados actuales y próximos a hacerlo. Este último condimento, exigido por el FMI, fue finalmente derogado por Ortega, aunque muchos creen que lo hizo tarde, cuando las revueltas contra el gobierno ya habían causado más de una centena de muertos.
Líderes regionales de la talla de Pepe Mujica (ex presidente de Uruguay) sostuvo que es hora que el presidente de un paso al costado para frenar la sangría y muertes en Nicaragua. Mientras que el pensador Atilio Borón, uno de los intelectuales más respetados de Latinoamérica asegura que a pesar de los grandes errores del gobierno sandinista, el escenario en Nicaragua es un claro modelo de desestabilización aprovechado por sectores de derecha y países como Estados Unidos para entronar gobiernos dóciles a los intereses del capitalismo global.
A nadie le sorprendería la injerencia de Estados Unidos en los tristes hechos de Nicaragua.

Un torbellino de verdades
Aunque parecieran contradictorias, esta lista de criterios son útiles para comprender lo que pasa en Nicaragua.
· Represión y muerte. Es insoslayable que la reacción del gobierno fue violenta y profundizó el rechazo de buena parte de la sociedad nicaragüense. Ese espiral de violencia gubernamental sumado a los sectores golpistas que hacen de la muerte un “a ver qué pasa” cierra al día de hoy con más de 300 muertos.
· Razones geopolíticas. Desde que el actual gobierno tomó el histórico proyecto de construir un canal interoceánico que termine con el monopolio de Panamá y rivalice con los intereses del capitalismo global, Nicaragua enfrenta naturalmente un escenario en que despierta las ansias de Estados Unidos por generar caos en el país. Pero por el otro lado los intereses de potencias rivales al país del norte ven en este proyecto la posibilidad de mojarle la oreja en su propia área de influencia. Entonces el sueño de Nicaragua se combina dentro de las disputas de los gigantes económicos del mundo.
· Disputas por las banderas del sandinismo. Nicaragua se reconoce revolucionaria y sandinista. Tanto el gobierno de Daniel Ortega como la mayor parte de sus opositores, ven en la tradición del Augusto Sandino el modelo ideológico de independencia para el país.
· Crisis económica y decadencia de Venezuela. Los bajos precios del petróleo y la menor gravitación de Venezuela dejan a un país agrícola como Nicaragua expuesto a los intereses de las corporaciones multinacionales. El estado nacional tiene menor margen de intervención económica y recurre a planes de reducción del gasto que abonan las protestas sociales.
· La recurrencia a “periodos especiales”. Las coyunturas internacionales que afectan a los países de Latinoamérica siempre pasan a ser un duro lastre para los gobiernos que combaten la dependencia. La caída de la Unión Soviética y el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba en los 90 o la situación actual de Venezuela con la caída del precio del petróleo sumado al hostigamiento de Estados Unidos aportan dos matrices para comprender lo que vive Nicaragua. Las dificultades para posicionarse en este sentido nace muchas veces de esta metástasis imperialista que impide liberarnos de opinar libremente sin permitir que Estados Unidos y sus agentes capitalistas ganen la pulseada.
Desde Nicaragua, Karen López
Angustia de los nicas que se transformó en movilización y protesta.

Karen López es una agricultora de la zona de Matagalpa, en el centro-norte del país. Proviene de una familia orgullosamente sandinista que enfrentó y venció a la dictadura de la familia Somoza. Angustiada por los sucesos de Nicaragua se contactó con Agencia Las venas abiertas de América Latina y accedió a contarnos cómo vive desde su experiencia lo que está pasando. Las respuestas de Karen, resumidas en lo más sustancial, son excepcionales por el esfuerzo de objetividad que prevalece en cada pregunta y por tratar de calibrar los hechos con opiniones propias y de otros sectores en las antípodas de su posición. Ante la consulta de cómo se puede superar lo que pasa, Karen afirma “Con diálogo nacional”.
Las respuestas de esta ciudadana nicaragüense fueron enriquecidas en varios contactos a través de plataformas cibernéticas. Su postura es claramente crítica del actual gobierno de Daniel Ortega, pero también reconoce los enormes intereses internacionales que se juegan en este caso en el país. Además, Karen nos proporcionó buena parte del material audiovisual que los diferentes sectores realizan en estas semanas de conflicto y dolor y que acompañan esta nota.
¿Cómo describirías lo que está pasando actualmente en Nicaragua?
Trágico, se vive con mucho dolor, consternación y confusión, pero sobre todo impotencia de no detener el caos, la anarquía que estamos sumergidos desde el 19 de abril.
¿Cuáles son las razones y el origen del conflicto?
Tiene como antecedentes un cúmulo de descontento de la oposición y población. Lo que más sorprendió a todo el país es que el presidente lograra cambiar la constitución política y permitir la reelección indefinida. Con una historia de 39 años de dictadura somocista esto incomodó, alertó y causó mucha molestia en la población, además de la elección de su esposa como vicepresidenta lo que terminó de poner la cereza al pastel. Por eso las bases sandinistas empezaron a dividirse y se crea un Movimiento Sandinista llamado MRS (movimiento Renovador Sandinista) disidentes del partido. Luego existen otras razones. Por un lado el proyecto soñado por muchos nicas como es el canal interoceánico; pero razones ambientales y de resarcimiento a los propietarios de tierras han generado oposición al proyecto aunque es un movimiento que muchos no dudan en creer que tiene financiamiento por parte de los gringos ya que de realizarse vería afectado sus intereses por Rusia y China que apoyan este canal que competiría con el de Panamá. Y finalmente el proyecto de reforma de seguridad social o jubilación que generó protestas en todo el país porque ajustaba las jubilaciones al mismo tiempo que aumentaba los aportes patronales. Estas protestas fueron violentadas por grupos denominados Juventud Sandinista. Por último, luego de la violencia desatada por el gobierno y las muertes, el repudio y lo que pedía la población cambió: a pesar de que el gobierno derogó el decreto de reforma de seguridad social, la derogación no calmó el descontento nacional; ahora queremos un reconocimiento por parte del gobierno sobre la matanza.
Las redes sociales, otro campo de batalla en Nicaragua.

¿Podemos decir que la sociedad nicaragüense está dividida entre quienes apoyan al gobierno y quienes no?
Lo que está fragmentado es el mismo Frente Sandinista donde votos duros y fieles que estábamos desconcertados, incrédulos y muy cautelosos pero al mismo tiempo estamos muy enojados y tristes de ver los videos donde se veía la forma en que la policía y la Juventud Sandinista mataban a una juventud sin armas. Aun hay división dentro de los mismos trabajadores del estado donde los que se opusieron a la violencia fueron despedidos y policías que se negaban a reprimir eran encarcelados.
¿Cómo es la situación económica actual y de los últimos años?
Los años del matrimonio Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada) y gobierno trajo prosperidad gracias a una Venezuela que aportó consigo petróleo y una deuda a plazo. Estos fondos más los fondos de organismos internacionales trajo un crecimiento del casi 5% anual, el desarrollo y avance del combate contra la pobreza fue extraordinario, además de medicina gratuita, escuelas remodeladas, carreteras nuevas y reconstruidas, puertos, mejoras en las ciudades, bonos o mejora de los salarios siempre consensuados con los sindicatos y empresa privada, un estado trabajando a la par de las pymes, un turismo posicionado y una economía en auge. Pero no todo es de color de rosa: hoy en día se han perdido 200 mil empleos, 43000 cotizantes del seguro social según noticias locales, hay muchos tramitando visas y viajando a Costa Rica y EEUU por trabajo, y otros considerando irse a Panamá o España.
¿Notan los nicaragüenses un deseo de caos en el país por parte de gobiernos y corporaciones internacionales?
Las circunstancias fueron aprovechadas indudablemente por aquellos gobiernos que no podían permitir que un país socialista o con políticas de justicia social fuera ejemplo: el país más seguro de Centroamérica, sin maras, con una cultura de familia, con menos emigración a Estados Unidos que el resto de sus vecinos. El costo era alto y sus enemigos aprovecharon la equivocación y arrogancia de un matrimonio presidencial que decide usar la fuerza mortal para desintegrar una lucha que en el inicio sí fue motivada o utilizada por aquellos que juntaron esos errores de corrupción y falta de libertad de expresión y luego nos vendieron la idea de que estábamos en una dictadura y nos encaminan a una revolución enlatada con manipulación, basada en la información falsa y trayendo diarios del ayer para comparar a Somoza con Ortega.
¿Cómo interpretás el conflicto actual tras la crisis venezolana siendo un país que tiene fuertes relaciones con Nicaragua?
Chávez fue el ícono en los años de prosperidad y quien manifestó un gran amor a Nicaragua. La concesión y promesa de la refinería en Nicaragua fueron sus mayores aportes, pero que no era regalado pues ahora lo debemos. Maduro al parecer no es tan amigo y su crisis es igual o peor y comparte ahora Venezuela sus dos caras con la realidad nuestra. En este contexto la resistencia venezolana empezó a compartir en las redes sus luchas, tácticas y su historia.
¿Cuál crees que es la salida al conflicto?
El diálogo nacional. Esa fue y sigue siendo la única salida a este conflicto, sin apasionamientos. Hoy en día el diálogo esta saboteado, sin opciones. El presiente ha cedido y dejó entrar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la ONU y la OEA dan seguimiento muy de cerca. Pero estos organismos están en un gran lío de enfrentarse a la desinformación, a la manipulación de ambos bandos de los crímenes que han derramado sangre de hermanos. También el diálogo está amenazado por un gobierno que ha empezado a acusar a la iglesia católica de golpista con pruebas que trasmiten en sus canales pero que nunca vemos la otra cara de la moneda. Es claro y evidente que todos defienden sus intereses mientras hay un pueblo atrincherado en barricadas.

16 de julio de 2018

Sobre el libro "Tehuelches, danza con fotos" de Osvaldo Mondelo



La región patagónica fue siempre un escenario enigmático. Desde la expansión europea hasta las conquistas nacionales argentina y chilena, el cono sur del continente americano atrajo a exploradores, avanzadas militares, científicos y aventureros que con intereses diversos se apoyaron en los pueblos nativos para sobrevivir en una geografía hostil pero también para realzar al heroísmo sus experiencias de viaje. Cuando en el siglo XIX la fotografía empieza a ser un instrumento más o menos accesible para estos expedicionarios, las cámaras y sus documentos se volvieron testigos eternos de lo que los autores no pudieron dominar al momento de tomar una fotografía.
La investigación documental y análisis del periodista Osvaldo Mondelo en su libro Tehuelches, danza con fotos, devela gran parte de esos elementos que en primera instancia están ocultos, pero que con la comparación iconográfica, el paso del tiempo o la interpretación del momento histórico de la segunda parte del siglo XIX y principios del XX, adquieren fundamentos historiográficos para conocer el devenir de este pueblo que persiste en la vida de la Patagonia.    
Tehuelches, danza con fotos de Osvaldo Mondelo.
Son testimonios bajo el molde ideológico del positivismo. Entonces abundan las puestas en escena y también la dramatización de prejuicios que tenían los autores. La fotografía estaba al servicio de una flamante ciencia antropológica que proponía la jerarquización de sociedades europeas sobre el resto. En ese contexto se entiende la fascinación por la documentación de datos antropométricos y en cuanto específicamente al arte fotográfico, los primeros planos de frente y costado como un registro taxonómico de un pueblo bárbaro en territorio salvaje. 
A diferencia de los dibujos que fueron anteriores al registro fotográfico (desde el siglo XV hasta la primera mitad del siglo XIX), los elementos involuntarios de los autores y también de los protagonistas de las fotos dejan un gran espacio para que aparezcan las condiciones de existencia del pueblo tehuelche pero por sobre todas las cosas las condiciones de producción del documento fotográfico. Ya no se trata de pensar en el mito del gigantismo que Pigafetta, Fitz Roy o John Byron propusieron como verdad esencial y maravillosa de esta región del mundo, sino el paso de la cultura tehuelche hasta la reducción de sus prácticas por el avance de la economía ovina, el alambrado o las consecuencias del alcohol.
Sinchel, fotografiado para la exposición de Saint Louis en 1904.

¿Qué pasaba en Patagonia hacia fines del siglo XIX?
Tras las guerras de independencia y civiles de organización nacional, los estados argentino y chileno dieron inicio a la disputa por las zonas australes. La expansión del capitalismo a tierras habitadas por pueblos nativos tuvo dos etapas claramente diferenciadas. Primero, utilizó a pueblos como el tehuelche como aliados militares para contrarrestar la expansión del país vecino. Una vez, más o menos fijadas las fronteras de sendos estados nacionales, los habitantes patagónicos nativos se volvieron un problema: la instalación de estancias dedicadas al ganado ovino era incompatible con el espacio natural y nomadismo de los tehuelches. El alambrado fijaba la propiedad privada de un territorio que se había vivido hasta ese momento de forma comunitaria.
El autor Osvaldo Mondelo lo narra así:
“Cuando la fotografía llega a la Patagonia, a fines del siglo XIX y principios del XX, el pueblo tehuelche está en un proceso de disgregación. El reloj de la transculturización ha iniciado el conteo regresivo, como consecuencia de la apropiación de la tierra, la explotación ganadera, el intercambio comercial, la venta de alcohol, las enfermedades y el desamparo jurídico”.[1]
En la primera etapa, caciques como Sayhueque o Casimiro Biguá fueron retratados con los uniformes militares de época y su autoridad de hecho y grado militar aseguraban la presencia –al menos ficticia- del estado nacional. Osvaldo Mondelo lo explica:
“En la disputa por el espacio territorial, tanto los gobiernos de la Argentina como los de Chile celebran acuerdos comerciales con caciques y capitanejos, otorgando cargos militares, sueldos, alimentos, a cambio de la portación de símbolos patrios”.[2]
Grabado de Juana y Casimiro Biguá con uniforme militar y ostentando su grado de coronel que le aseguraba al estado argentino posicionarse en la Patagonia.

Para la segunda etapa que marcamos más arriba, la caracterización descriptiva y la fotografía de los tehuelches mudará a las nuevas necesidades políticas de un estado nacional que se consagraba como la garantía del progreso capitalista y por tanto del minúsculo engranaje que estos países ocupaban en la división internacional del trabajo. Argentina y Chile, de la mano de sus clases dirigentes, tenían claro el papel que les correspondía: aportar materias primas a los países centrales e industrializados.
Entonces, en el nuevo contexto, los pueblos tehuelches pasaron a ser un obstáculo al avance de la propiedad privada. La difusión tecnológica del alambrado atentó con una de las prácticas culturales propias del mundo tehuelche: el nomadismo y la vivencia de un espacio natural con carácter esencialmente comunitario y sujeto a pactos entre los mismos pueblos que tenían el mismo peso de lo que actualmente conocemos como acuerdos diplomáticos: la violación de un determinado territorio de caza era igual a una declaración de guerra.
Las consecuencias de semejante cambio en la experiencia cotidiana del extenso espacio patagónico fueron brutales, tanto en el modo de vida pero también en el registro fotográfico que servirá para sustentar el nuevo discurso ideológico de las clases dirigentes y sus medios de comunicación gráficos o instituciones científicas de la época:
“Afianzado el latifundio patagónico y establecidos en forma permanente los delegados administrativos del Estado nacional, la fotografía acompañará la concepción que impone el nuevo modelo ideológico del desarrollo capitalista. Mostrará un perfil negativo de los tehuelches: un pueblo bárbaro, nómada, cazador de guanacos, ladrón de ovejas, borrachín, de escaso interés cultural, que no dejó grandes obras como las legadas por los incas. Un estorbo para los estancieros, un obstáculo para el progreso”[3], describe Mondelo.
Por supuesto, es el capitalismo el pilar explicativo de lo que empezará a ocurrir al pueblo tehuelche: el gradual abandono de sus cueros de guanaco como vestimenta, la imposibilidad del nomadismo y la reducción de su espacio territorial.  

Comercio y fotografía
La mayoría de los viajeros que se propusieron honestamente convivir temporalmente con los pueblos australes para conocer sus prácticas culturales y estrategias de supervivencia, consideraron a los tehuelches como personas amables y hospitalarias. George Musters o Ramón Lista son algunos de ellos. En cambio, los meros cazadores de oportunidades dejaron impresas en crónicas de viaje su desprecio hacia los pueblos patagónicos.
La experiencia de los tehuelches con los expedicionarios era una oportunidad para obtener un comercio al que aspiraban practicar en los principios de la mutua conveniencia, como indicaba su modo de vida. A cambio de quillangos de guanaco o choique los nativos obtenían yerba, tabaco, alcohol y otros instrumentos cotidianos como pavas y cacerolas. En este sentido se inscribe gran parte de la fotografía “científica” de esta época. Ante la suspicacia que despertaba la cámara fotográfica, los exploradores lograron buena parte de sus documentos por medios del intercambio comercial, aunque en otros casos, la presencia de fuerzas policiales como gendarmería dan elementos suficientes para sospechar el uso de la coerción con el objetivo de forzar las tomas.
Josefa Keta es medida antropométricamente y fotografiada por el investigador Marcelo Bórmida.

Un aliado para estos propósitos fue el intercambio de fotografías por alcohol, fundamentalmente aguardiente. Algunos lo usaban para obtener cueros, tejidos, otros para obtener fotografías, y también estaban los profanadores de tumbas como Henri de La Vaulx que obtenían información de chenques (enterramientos de ancestros) para robar las osamentas.
A propósito, en la obra de Osvaldo Mondelo se toma un fragmento del relato de viaje de Henri de La Vaulx cuando miembros de una comunidad tehuelche se oponían a que les tomen fotografías porque ese artificio generaba temores sobre la duplicidad de la imagen propia:
“¿Para qué, dice, vamos a entregar nuestras imágenes a este joven que quizás sea un brujo y podría más adelante lanzarnos un hechizo? No podemos existir a la vez en dos lugares diferentes, si nuestra imagen aparece representada en un papel sería nuestra muerte segura”.[4]
Las fotografías dejan su testimonio objetivo: los cueros remplazados por tejidos de algodón y lonas plásticas. Los cueros por la indumentaria de gaucho. Y también, las extensas planicies de la Patagonia por tehuelches atrapados entre una cámara fotográfica y las paredes de algún edificio del pueblo de Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz, o en Retiro (Buenos Aires). La opresión tehuelche tiene acá una evidencia gráfica. Como sostiene Mondelo, el tiempo marca una aceleración regresiva donde los agentes comerciales dan una batalla importante en el avance capitalista.
A finales del siglo XIX los tejidos han remplazado a los cueros de guanaco en las vestimenta de mujeres. De izquierda a derecha: Sutjal, Filomena Coile, Rosa Amelia Ibáñez, K'oyomerch'e, Téchem. Loóla Ibáñez.

Un pueblo reducido a postales
Específicamente desde lo fotográfico, las dos etapas que marcamos anteriormente (el de indio amigo/indio salvaje) parecería no tener fronteras claras y es plausible de que se hayan dado momentos donde ambas consideraciones convivieran y se optaran distintamente según las necesidades comunicativas de estos autores. En esa línea, la elaboración artificiosa de postales, publicidades y tarjetas en función de las fotografías de tehuelches se dio a lo largo del siglo XIX y principios del XX (aunque al principio fue un fenómeno bastante más intensivo). El carácter exótico se denota fácilmente en la producción visual de la época.
Tehuelches posan con un fondo tropical de fantasía para la tarjeta del show humano de Hamburgo en 1879.
A veces, las tomas fotográficas se intervenían deliberadamente: se coloreaban, se cambiaban los entornos geográficos, etc.
Esta práctica de transformar en postales se tradujo en la generalización de unos supuestos caracteres tehuelches, se quitó todo tipo de individualidad como, por ejemplo, los nombres personales. Claramente se expone esas intervenciones en los epígrafes explicativos que acompañaban las postales:
-          Tehuelches típicos.
-          Indios de la Patagonia.
-          Tehuelche.
-          Mujer tehuelche.
-          Tipo característico de indio tehuelche.
-          Grupo típico de la Patagonia en su tienda de piel de oveja.
-          Un indígena de la tribu tehuelche.
La cultura tehuelche y su descendencia pervive en provincias como la de Santa Cruz en el sur de Argentina. A veces soslayados por discursos dominantes, cuando no elegidos como enemigos predilectos de otros discursos oportunistas. Pero siempre presentes. La cultura tehuelche, viva en las expresiones folclóricas también permanece latente en torrentes sanguíneos de muchos argentinos-chilenos. Desistir de querer encontrar patrones específicos de su ser cultural marca al mismo tiempo las cicatrices pero también la fuerza de un pueblo que a pesar de la violencia y el empobrecimiento deliberado, no dejaron de pisar el cono sur del continente desde los tiempos ancestrales hasta hoy.   
La foto de K'chorro aprovechada como publicidad. Para los fines de extender las estancias ganaderas, relacionar a los tehuelches con el alcohol servía al discurso para enajenarlos de su territorio y cultura.




[1] Mondelo, Osvaldo, Tehuelche, danza con fotos, Akian Gráfica Editora, Buenos Aires (Argentina), 2012.  
[2] Ibídem.
[3] Ibídem.
[4] Ibídem.

16 de noviembre de 2016

Camarones - Chubut

CRÓNICA DE VIAJE
Una pequeñísima localidad de no más de 1500 habitantes estables se esconde justo en la mitad de la larga línea de costa atlántica que tiene la Patagonia. Aquí no llegan los diarios ni las revistas, la programación de radio local es esporádica y sólo algunos pobladores están diariamente atentos a las AM de Trelew para enterarse del pronóstico del tiempo, que de todos modos no es muy preciso para esta partecita sobre el extremo sur de la bahía Camarones.

Aquí, el tiempo como medida del transcurso de la vida, de los hechos y de la materia que ordenamos según los dientes de leche o el número de canas, y el tiempo, también, ese que adjetivamos en función del sol, de la lluvia y del viento, se amalgaman a veces de manera caprichosa, y otras veces se divorcian apasionadamente y cada cual hace con él lo que quiere o lo que puede. En Camarones el tiempo es de transcurso lento y eso por empezar se debe a que la localidad se encuentra alejada de todo. Sí, alejada de todo pero al lado del mar; o menos del mar, como el lector prefiera.

La ciudad más cercana es Comodoro Rivadavia (240 kilómetros al sur) y luego Trelew (250 kilómetros al norte). Pero además, Camarones no forma parte de una arteria de conexión intensamente transitada, pues está corrido a 70 kilómetros de la ruta nacional 3 y para llegar a esta localidad hay que desviarse por la ruta 30 hacia el Este hasta toparse con el océano: ahí se encuentra un puñado de casas de chapas, galpones con techos de zinc a dos aguas, edificaciones antiguas con paredes de piedra y algunas pocas construcciones más modernas, fundamentalmente oficinas de organismos públicos.

El jueves 3 de noviembre, el viento ciclónico de la Patagonia había dejado a Camarones un poco más incomunicado todavía: las ráfagas provocaron un corte de energía eléctrica que afectó al resto de las comunicaciones: no había Internet, telefonía de ningún tipo y hasta cortes de agua por casi 24 horas. Sobre la costa, los contornos de la enorme bahía quedaban ocultos entre las cortinas de tierra que el viento del Oeste empujaba hacia el mar y en la playa las olas golpeaban como cachetadas y hasta levantaban cantos rodados que se iban a estrellar contra el monumento a los españoles y el portugués Simón de Alcazaba. Más que la Patagonia inhóspita, era un paisaje que inspiraría a Dante a la hora de escribir sobre el infierno.  
El viento amainó en la madrugada del viernes y amaneció un día de verano: 30 grados centígrados, una suave brisa de mar y la bahía se transformó en un balneario solitario para paseantes ocasionales. Camarones era ahora un apacible y benevolente pueblo donde alguno podría figurarse en el paraíso,  con miles de orugas que invadían el asfalto prontas a convertirse en mariposas.  

Dos formas de ver
Antes de llegar al pueblo, sobre el empalme de ruta nacional 3 y ruta provincial 30, levantamos a Omar. El hombre había viajado hasta Trelew a buscar un repuesto para su Renault Traffic, modelo 90 de color bordó. Llegó a dedo hasta el cruce donde esperó dos horas sin más reparo contra el viento patagónico que el cartel que indicaba los 70 kilómetros a Camarones. Omar nació en Esquel, una ciudad cordillerana pero también vivió en muchos otros lugares: Trelew y Córdoba de las que no tiene las mejores opiniones, y en la provincia de Catamarca. “Camarones es definitivo, me quedo para siempre”, nos contaba luego de conversar sobre su enamoramiento con este lugar. La cosa fue así: hace cuatro años lo invitaron a pasar un fin de semana, pescar y desde ahí no tuvo retorno: unos días más tarde se vino junto a su esposa y dos hijos a trabajar de tapicero. Para Omar, las ventajas de Camarones son absolutas: “Es tranquilo, no pasa nada. Dejás todo abierto y nadie te roba”, y por si fuera un argumento menor, agrega más sobre su encantamiento: “Querés comer pescado, agarrás la caña y te vas a la costa. Al rato podés estar comiendo milanesas de gallo o róbalo”.

En “El viejo hotel”, un hospedaje antiguo frente a la bahía, nos encontramos con Mario, un marplatense que tras quedarse sin trabajo en Comodoro Rivadavia vino a encargarse del hospedaje en la estiba pesquera, cuando en el pequeño puerto amarran más de sesenta barcos de la flota amarilla y entonces el lugar se puebla de marineros que esperan salir a navegar.
Según Omar, el pueblo revive de junio a octubre, cuando en la estiba “los changos llegan a ganar hasta 130 mil pesos la quincena”, y luego invierten en construcción, se compran autos y camionetas cero kilómetros y dejan “el coche viejo tirado en los patios”. “Los changos invierten bien la plata. Qué con esa plata…”, analiza Omar sin terminar la frase.

Al margen de los cuatro meses de pesca y del trabajo estacional que representa para los locales, el pueblo vive fundamentalmente de la ganadería ovina de las preciadas estancias de los alrededores. Algunas de las mejores tierras están en manos de extranjeros; pero el anhelo de los camaronenses es ir al campo o hacer una rápida fortuna en la pesca. “La cantidad de animales es impresionante. Imaginate que hace 25 días que están de señalada y todavía no terminan”, nos contaba remarcando las eses Omar, antes de llegar al pueblo mientras miraba uno de los campos que con sus casas y galpones resalta en el paisaje de la estepa.

Eso de quedarse para siempre en Camarones no es para cualquiera. El conserje del hotel es un trabajador de la gastronomía, que había llegado a Comodoro Rivadavia con el fin de hacer una diferencia económica y vivir bien en una ciudad que era como Mar del Plata pero un poco más chica. “Camarones es lindo, y lo mejor es que no está contaminado" nos confiesa, pero contempla que hace casi un día que no hay luz, teléfono ni agua y se refiere al tiempo como una armonía monótona, donde es a la vez una medida física pero también un adjetivo: “Aunque es bastante aburridón; a veces no pasa nada, no anda nadie y no hay nada para hacer”.
En cambio, Omar, un hijo adoptivo de este pueblo marino escondido del resto del mundo, Camarones es parte de su fortuna. Actualmente vive en una casa prestada pero espera la suerte de acceder a una vivienda en un barrio que está por construirse. Dos días después de conocerlo, mientras arreglaba la Traffic en su patio, bajo una incipiente y refrescante llovizna, le dije que sabía darse maña con todo. Me respondió con una metáfora, juntando también el tiempo cronológico con el clima ventoso que acostumbran a experimentar: “Para vivir acá hay que saber de todo, así el tiempo pasa volando”, luego hizo una pausa, me miró a los ojos y descubrió una vieja inquietud mía: “Vos me parece que tenés ganas de quedarte”. 
Fotografías de Sujeto Tácito

22 de julio de 2016

Sequía en Chubut - Musters y Colhue Huapi

La agonía de los lagos 
Los habitantes de la región se preguntan: ¿Se puede secar el Musters?
El departamento Sarmiento aporta agua potable a más de 300 mil habitantes. Pero el derroche de la producción agraria y las empresas petroleras sumado a veinte años de sequía pusieron a la cuenca del Senguer en riesgo. El lago Colhue Huapi casi extinto y el otro en camino. Sin embargo el gobierno provincial continua con las obras para repotenciar el acueducto y aumentar la extracción de agua; pero carece de control sobre Pan American Energy, la principal operadora hidrocarburífera.  
Cada invierno el lago retrocede y deja parte del lecho al descubierto
Tome un mapa de Argentina, ubíquese en la Patagonia y preste atención al centro geográfico de la región. Si siguió bien las instrucciones encontrará dos notables espejos de agua que son parte de los diez lagos de mayor superficie del país. Hacia el Oeste está el lago Musters, de importancia social, económica y cultural en la zona sur de la provincia del Chubut; y hacia el Este el lago Colhue Huapi, que en la actualidad presenta un drama ecológico severo de extinción, formación de médanos y voladura de sedimentos por los fuertes vientos que agravan el proceso de desertificación y afecta la salud de las poblaciones ubicadas en la costa atlántica. 
El mapa y la realidad: en la foto satelital el Colhue Huapi evidencia la sequía
Hace un mes, el departamento de Sarmiento fue noticia nacional por encontrarse los restos de un avión en lo que hasta hace algunos años fue un lago. Por un lado la sorpresa de encontrar el aparato que había conformado una gran historia, llena de hipótesis, fantasías y mitos en Sarmiento, ciudad aledaña a ambos lagos. Por el otro, expuso a nivel nacional la realidad del Colhue Huapi y los grupos mediáticos que asistieron al lugar se abocaron a la tarea de encontrar una explicación rápida, simple y verosímil de lo que está pasando. Pero la realidad no parece ser tan simple ni monocausal.

Un río, dos lagos, cuatro ciudades y un acueducto
Hasta la primavera, los brazos del Senguer permanecen secos
La cuenca del Senguer incluye además el río homónimo, que nace en la cordillera y recorre en Chubut un trayecto de 350 kilómetros en declive hacia el Este. Antes de que el río aporte agua a los dos lagos, abastece de agua potable a las localidades de Senguer y Facundo, y además es utilizado por desvíos artificiales en un  sistema de canales para regar el área agrícola del departamento Sarmiento por un total de 42 mil hectáreas. Cuando el río desemboca en el primero de los lagos (el Musters) el manejo del agua se hace más complejo: un doble acueducto de más de 50 años (en actual obra de repotenciación) extrae 213 mil metros cúbicos de agua al día para alimentar a cuatro localidades, pero además para abastecer a los yacimientos petroleros del departamento Sarmiento y Escalante. 
Ahora, además del drama de actual desaparición del lago Colhue Huapi, se plantea la inquietud de si es posible que ocurra lo mismo con el lago Musters. “¿Se puede secar el lago Musters?”, se empezaron a preguntar los habitantes de la cuenca.
Lo primero que hay que informar es que a pesar de su cercanía espacial, el Musters y el Colhue Huapi son dos espejos de agua de naturaleza muy diferentes. El Colhue Huapi posee una extensión lacustre (llegó a tener más de 800 kilómetros cuadrados siendo el tercero de mayor magnitud en el país) pero su profundidad se parece más a una laguna (no supera en promedio el metro de profundidad) y el lecho es gredoso lo que hace que el espejo de agua se vea del color del sedimento suspendido. En cambio el lago Musters es una cuenca que llega a tener una profundidad de cerca de 40 metros, el agua es cristalina y además de aportar agua potable es un lago valioso por las actividades recreativas, la pesca artesanal y el entorno paisajístico que lo rodea.

Lo normal, lo preocupante y lo grave

Área rural de Sarmiento
Lo normal es que en invierno el lago Musters baje su nivel de agua en función de las pocas precipitaciones pero sobre todo porque en la cordillera recién se están esperando las grandes nevadas que van a estar congeladas hasta el calor de la primavera. Año tras año lo normal es que en invierno baje el nivel de los lagos y en primavera recuperen su cota normal o incluso la supere (todo dependiendo de la cantidad de nieve que se precipite en la zona de Sarmiento pero fundamentalmente en la cordillera).
Lo preocupante es la cantidad de años en el que el diagnóstico no es otro que de una sequía severa que ha redundado en un avance de la desertificación, principalmente en la zona aledaña al Colhue Huapi. Se estima que en 20 años este lago perdió la mitad de su extensión, y el viento del Oeste ha llevado la arena del otrora lecho lacustre hasta la ciudad de Comodoro.
Y por fin, lo grave está en los mensajes que bajan desde el Estado provincial, los poderes públicos y organismos de control y empresas que manejan el recurso. A las campañas de racionalidad del agua se le suman las manifestaciones a favor de medir el consumo por hogares, colocando medidores e incluyendo una cuota diferenciada según el gasto. Esta medida no sería en principio ni proporcional y muchísimo menos humanitaria: mientras se analiza controlar si los habitantes de las cuatro ciudades se toman una ducha en cinco minutos o en veinte minutos, las empresas petroleras siguen inyectando agua potable en pozos agotados para sacar hasta el último centímetro cúbico de crudo, con deficientes controles o con total connivencia de la cooperativa prestadora del servicio de acueducto y del Estado provincial.
La coartada publicada por la empresa petrolera –siempre en gacetillas de prensa pero bajo ninguna prueba ni veedor externo—es que no utiliza agua dulce para la técnica de recuperación secundaria y que solo capta el 0,65 por ciento de la capacidad de extracción del acueducto. Sin embargo, el contrato firmado se plaga de grises legales y los números que ofrece la empresa no cierran, resultan poco creíbles.

Un acuerdo espurio
Fragmentos del pacto de confidencialidad entre Pan American Energy y SCPL
En la actualidad, Pan American Energy, principal operadora de petróleo de la región, goza de un contrato con acuerdos de confidencialidad en el uso del agua potable. Firmado en el 2014 y vigente hasta este año, se estipularon al menos tres puntos suspicaces.
Primero, la cooperativa se compromete a aportar a la explotación petrolera de Pan American un mínimo de 650 metros cúbicos y máximo de 2 mil metros cúbicos diarios de agua potable. Sin embargo, se reservan el derecho de “reprogramar” la cifra en función de las necesidades eventuales según “común acuerdo” y permiso de la “Autoridad competente”. Esa autoridad competente no sería otra que el Instituto Provincial del Agua (IPA) del gobierno de Chubut, que como más abajo veremos carece de acceso al manejo del agua y del acueducto que hacen la cooperativa y la poderosísima Pan American Energy.
El segundo punto controversial es que la cooperativa se compromete a no interrumpir el servicio de agua potable a los yacimientos bajo ningún motivo, lo cual ya pondera la extracción de crudo por encima del derecho de las personas que habitan la zona sur de Chubut y norte de Santa Cruz: los cortes de agua en las cuatro localidades son recurrentes.
El tercer motivo y quizás de mayor intranquilidad social es el artículo de confidencialidad que acordaron ambas empresas. El artículo 11 del contrato dice: “La COOPERATIVA, su personal y en su caso los Subcontratistas autorizados por la EMPRESA y el personal de éstos, manejarán con absoluta y estricta confidencialidad toda información vinculada directa o indirectamente a la EMPRESA y/o sus operaciones a la que tengan acceso con motivo o por ocasión de la prestación del Servicio, y no podrán revelar nada de lo contenido en dicha información confidencial a persona alguna, sin el consentimiento expreso y por escrito de EMPRESA”.
El lago Musters aporta agua potable a 300 mil habitantes de Chubut y Santa Cruz
Seguidamente, las partes del contrato justifican tal prerrogativa por lo sensible que es el manejo del recurso hídrico dentro de una economía extractiva y dolosa como es la petrolera: “Las Partes reconocen que la Información Confidencial es esencial para sus negocios y que podrían sufrir un daño irreparable en caso de divulgación de la Información Confidencial en contravención a lo establecido en la presente”, reza el escandaloso contrato firmado por Pan American y la cooperativa SCPL.    
Por tratarse de un recurso natural elemental para la reproducción de la vida en las poblaciones del centro de la Patagonia, tal acuerdo sería no sólo una afrenta social y política al Estado provincial, sino también un privilegio ilegal, un ítem de nulidad absoluta en el contrato. No obstante, el Estado no sólo parece tener las manos atadas en el control del uso del agua por parte de las operadoras, sino tampoco la capacidad técnica y fundamentalmente la voluntad de oponerse a las poderosas compañías petroleras. En el año 2015, el entonces titular del IPA quiso saber cuántos metros cúbicos y para qué los utiliza la petrolera Pan American, delatando que hasta ese momento carecían de información y también carecían de tal inquietud.

50 años de acueducto
La obra de repotenciación del acueducto estará finalizada antes del 2017
Desde el año 1965 que el lago Musters está conectado con las ciudades de Sarmiento y Comodoro Rivadavia para proveerles de agua potable. Al mismo tiempo se conecta el yacimiento petrolero Cerro Dragón, que en la actualidad es el principal productor de hidrocarburos convencionales del país. Este primer acueducto tiene capacidad de captación de 55.200 metros cúbicos por día, lo cual con el aumento de las poblaciones del sur de Chubut, la necesidad de proveer de agua potable a la localidad santacruceña de Caleta Olivia y la expansión de la explotación petrolera se hizo insuficiente.
Así, en el año 1999 se terminó el segundo acueducto con una capacidad de captación adicional de 110 mil metros cúbicos por día.
Sin embargo, nuevamente se hizo poco. En la actualidad se está construyendo una obra por 340 millones de pesos que la han denominado como “repotenciación” del acueducto con el fin de incrementar en 48 mil metros cúbicos diarios más la captación de las aguas del lago Musters. En total para fin de año se planificó extraer 213 mil metros cúbicos de agua al día que se suma a lo que previamente se desvía del río Senguer para el riego en áreas rurales.  
Mientras tanto, cada vez que baja el nivel de reservas de agua potable, Comodoro Rivadavia, la segunda ciudad más habitada de la Patagonia, junto a Rada Tilly y Caleta Olivia tienen que soportar cortes programados y a veces repentinos del servicio. Desde el 2014 hasta este año, los cortes en las ciudades se incrementaron en un 600 por ciento. Desde el gobierno provincial aseguran que la nueva obra del acueducto será la solución pero la problemática de los lagos, verdadera cuestión de fondo, por ahora no tiene respuesta.



Versión del diario Tiempo argentino
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